sábado, 6 de noviembre de 2010
Bronca, dolor, alegría y tercera pueblada / Rubén Dri
El 27 de octubre me encontraba en México, donde dictada un curso sobre temas hegelianos, cuando mi sobrina Vanesa me anuncia la terrible noticia que acaba de recibir, vía telefónica: “Murió Kirchner”. No, no puede ser. Sentimiento terrible y profundo de bronca, de injusticia. Dolor por la pérdida irreparable, por estar lejos y no junto el pueblo, con el pueblo, que sin duda habrá de mostrar todo su agradecimiento y el juramento de estar junto a Cristina para continuar y profundizar el proyecto de transformación en marcha.
Acudo a Internet y allí no sólo constato lo presentido sino que la realidad lo supera por default. La Argentina profunda, el pueblo-pueblo, la multitud, no la que piensa Negri, sino la que se construye como “pueblo” se hizo presente, desbordó los espacios para agradecer a Néstor que había sacado al país del infierno, que había reconstruido el Estado, que había revalorizado la política, en una palabra que había retomado la senda del proyecto nacional, popular, latinoamericano que, después de la gesta del primer peronismo, había naufragado bajo las balas de la Marina y el Ejército.
Desde el 2001 al 2010 se producen tres puebladas mediante las cuales el pueblo trazó el camino de recuperación de la patria. La primera se produjo el 19-20 de diciembre de 2001 bajo el lema “¡que se vayan todos!”. Era el hartazgo del pueblo frente las políticas neoliberales implementadas durante la década del 90. Pueblada condenatoria del neoliberalismo depredador que había dejado al país en la más terrible desolación.
Fue una pueblada sin propuesta se dijo en mil tonos diferentes, es decir, fue algo negativo. ¿Sin propuesta? Hubo alguien que interpretó el acontecimiento de manera diferente y ése fue Néstor Kirchner, el pingüino que vino del sur, entró por la ventana, el único hueco que encontró para “colarse”. No sé qué lecturas de Hegel tenía Néstor en su haber, pero sin duda que Cristina le habría comentado algo al respecto. Pero con lecturas hegelianas o sin ellas, supo ver que dicha pueblada era la primera negación a la que le seguiría la segunda de la cual él se sentía llamado a producir.
La negación de la negación que el pueblo reclamaba mientras inundaba las calles de Buenos Aires en jornadas intensas significaba terminar con la impunidad, renovar la corte de la “vergüenza”, limpiar el ejército, impulsar la política de los derechos humanos, recuperar el trabajo, impulsar el mercado interno, en una palabra, retomar el proyecto nacional, popular y latinoamericano por el que habían luchado los fundadores de nuestra nacionalidad y que el primer peronismo había recuperado en la década del 40 del siglo pasado.
Ello no podía hacerse sin confrontación porque un proyecto popular necesariamente choca con los intereses de los grandes centros de poder que recurrirán a todos los medios para hacerlo naufragar. Una vez que el proyecto nacional mostró cierta consistencia, comenzaron los enfrentamientos más serios, porque el proyecto nacional sólo podía avanzar cercenando intereses de los poderosos.
Vino así el enfrentamiento con las corporaciones agrarias, autodenominadas “campo”. Ese momento fue crucial en la definición del proyecto que divide netamente a la sociedad en dos campos, el nacional y popular y el antinacional y antipopular, el autocentrado en el mercado interno que mira a América Latina como horizonte y el hétero centrado en el mercado externo que mira al imperio como horizonte y añora las “relaciones carnales”.
La 125, traición de Cobos y restricción mental de “almas bellas” que fingieron votar por un proyecto inexistente mediante, no pasó, pero marcó a fuego la existencia de dos campos antagónicos sobre las cuales había que decidirse. No era Néstor ni Cristina quienes dividían esos campos. Eran los proyectos de país que ahora se hacían explícitos y ya no valía la “buena voluntad” para dispensarse de participar.
¿Derrota del pueblo? ¿Derrota del gobierno? Sí, en parte, pero el gobierno de Cristina en lugar de ceder y entregar las banderas, profundiza el proyecto con las mejores medidas de gobierno como la supresión de las AFJP, la estatización de Aerolíneas, la Asignación Universal por hijo y jubilación para 2.500.000 personas.
¿Estaba el pueblo conforme? Según lo que transmitían los cables de televisión, Clarín y la Nación , había un descontento generalizado y una inseguridad que hacía que el volver a casa después de haber salido, poco menos que un milagro. Llegaron entonces los festejos del bicentenario y allí se produjo la segunda pueblada. Millones de argentinos llenaron el centro de Buenos Aires, dando el mensaje explícito que estaban conformes con la marcha del proyecto.
Y llega el momento inesperado, la muerte del líder autor principal del proyecto nacional, popular y latinoamericano. Era el momento en que el pueblo debía hacerse presente en el espacio público para agradecer pero sobre todo para mostrar que estaba dispuesto a sostener con su presencia y movilización el proyecto transformador que hasta ese momento era compartido por el liderazgo de Néstor y cristina y que ahora queda en manos de Cristina.
En ese momento angustioso, con olor a tragedia, el pueblo no falló, como nunca lo hizo en esos momentos en que las circunstancias exigieron su presencia y participación. Masivamente dijo que el movimiento popular había salido definitivamente de las sombras en que la dictadura militar y las depredatorias políticas neoliberales lo habían sumergido, para ser nuevamente protagonista bajo el liderazgo de una mujer que ha dado muestras de la entereza, el valor y la preparación intelectual más suficiente para ejercerlo.
La participación masiva de los jóvenes nos dice que hemos recuperado la tradición movimientista que ha sido protagonista de los mejores logros tanto de la política interna como de la externa. Los desafíos son grandes y nada está asegurado de antemano, pero las perspectivas son esperanzadoras en la medida en que el pueblo se pone como protagonista.
Buenos Aires, 4 de noviembre de 2010
jueves, 4 de noviembre de 2010
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Sakineh
Sakineh Mohammadi Ashtiani, madre de dos hijos, está presa desde 2005. En mayo de 2006 fue condenada a recibir 99 latigazos por mantener una "relación ilícita" con dos hombres. Con posterioridad, fue declarada culpable de tener una "relación extramatrimonial" y condenada a morirpor lapidación.
En el juicio, dos de los cinco jueces del tribunal la declararon inocente, señalando que ya había sufrido una condena de flagelación y que no había pruebas suficientes de adulterio contra ella. Sin embargo, los otros tres, incluido el presidente del tribunal, la declararon culpable basándose en el “conocimiento del juez”, un principio de la legislación iraní que permite a los jueces adoptar una decisión en relación con la culpabilidad del acusado, aun en ausencia de pruebas claras o concluyentes.
El Tribunal Supremo confirmó la condena a muerte por adulterio el 27 de mayo de 2007. El pasado 4 de agosto, el Tribunal Supremo comenzó una nueva revisión de esta condena a muerte, aunque tal medida parece tener únicamente por objeto reducir la presión internacional sobre las autoridades. La condena de lapidación sigue en vigor, por lo que Sakineh Mohammadi sigue estando expuesta a ser lapidada en cualquier momento
El 11 de agosto, la televisión pública de Irán emitió una “confesión” de Sakineh Mohammadi, en la que parecía implicarse en el asesinato de su marido. Las autoridades iraníes han utilizado reiteradamente “confesiones” televisadas como esta para inculpar a personas ya detenidas. Todo parece indicar que las autoridades iraníes han orquestado esta “confesión” y que están inventando nuevos cargos por el asesinato de su esposo. Según informes, Sakineh Mohammadi Ashtiani podría haber sido sometida recientemente a tortura u otros malos tratos.
Tras las salida de Irán del abogado de Sakineh Mohammadi Ashtiani, Mohammad Mostafaei, por el acoso al que estaba siendo sometido por parte de las autoridades iraníes y su huida a Noruega, la defensa de Sakineh Mohammadi Ashtiani ha quedado en manos de su otro abogado, Javid Houtan Kiyan. Éste solicitó el 4 de agosto al Tribunal Supremo una revisión judicial de su caso, y está previsto que la decisión al respecto se conozca el próximo 21 de agosto. Mientras no exista una declaración expresa de la Magistratura iraní anulando la sentencia de lapidación, Sakineh Mohammadi Ashtiani puede ser lapidada en cualquier momento.
Irán sigue teniendo uno de los índices de ejecución más altos del mundo. En 2009 fueron ejecutadas más de 388 personas, al menos 14 de ellas públicamente y al menos una mediante lapidación. Cinco de estas personas ejecutadas lo fueron por delitos cometidos cuando tenían menos de 18 años. Al menos 7 mujeres y 3 hombres siguen actualmente en riesgo de ser lapidadas en cualquier momento, y más de 135 jóvenes podrían ser ejecutados por delitos supuestamente cometidos siendo menores de edad. “Desde 2002, al menos 6 personas han muerto lapidadas en Irán bajo la acusación de haber cometido “adulterio estando casadas”.
fuente: http://www.es.amnesty.org/actua/acciones/iran-lapidacion-mujer/
martes, 2 de noviembre de 2010
Audio de hoy con Liliana Lopez Foresi
lunes, 1 de noviembre de 2010
CRISTINA
"He tenido muchísimas dificultades en la vida política, pero el dolor es otra cosa. Y este, es el más fuerte, porque he perdido a mi compañero de toda mi vida, de lucha y de ideales"
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