domingo, 17 de enero de 2010
Amarillo PRO / Por Horacio Verbitsky
El cartel decía Prohibido Estacionar hasta las 21. El hombre miró su reloj y estacionó tranquilo: eran las 22. El policía de custodia en esa cuadra de restaurantes sofisticados le indicó que se lo llevaría la grúa. “¿Por qué, si ya terminó el horario de prohibición?” opuso el hombre, mientras bajaban del auto su mujer y su hijo. “La grúa te lo lleva igual”, insistió el cana. “¿Y vos no hacés nada para impedirlo?”, insistió el hombre. “Es de una empresa privada, yo no me meto”, se de-sentendió el botón. De mala gana, el hombre acompañó a su familia hasta que entró al sushi bar M y volvió al auto para buscar una playa donde dejarlo, en la apacible noche del lunes 11 en la desierta ciudad de los Buenos Aires. En ese momento vio una camioneta vacía, sobre la mano derecha de la calle Balcarce, al lado de un cordón pintado de refulgente amarillo PRO, signo convencional de estacionamiento prohibido. Retrocedió y reanudó el diálogo con el taquero:
–¿Y a ése no se lo llevan?
–No lo tocan porque es de Maurizio Macri, que está comiendo donde entró tu mujer –explicó el agente del orden.
Ya sin argumentos, el hombre hizo lo último que podía para no amargarse la noche. Se acercó al vehículo, se fijó en la marca y anotó la chapa patente. Una Van Peugeot, con la patente HAR545, y se preguntó:
–¿Por qué le habrán puesto HAR?
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