martes, 29 de diciembre de 2009
FUSILADOS EN FLORESTA
En la madrugada del 29 de diciembre de 2001, días después de la terrible represión estatal que dio lugar a treinta muertos y al final del mandato de Fernando de la Rúa como presidente de la Nación, una noticia sacudió aún más la vida de los argentinos en aquellos agitados días: un policía federal asesinó a balazos a tres jóvenes en un bar, supuestamente molesto por los comentarios que las víctimas realizaban acerca del accionar policial en la violenta represión de Plaza de Mayo. Con diferencia de pocos días, el país era testigo (y víctima) de dos caras de la misma violencia estatal, ejercitada por el “gatillo fácil” institucional y personal, respectivamente. Fusilados en Floresta, el documental que hoy se estrena en el cine Gaumont, justamente hace foco en aquel brutal y absurdo triple asesinato, pero como punta de lanza para analizar histórica y sociológicamente la violencia estatal.
Realizado por Diego Ceballos, Fusilados en Floresta avanza a través de dos relatos bien diferenciados pero que se entrelazan. Por un lado, a través de la voz de la familia y los allegados de Cristian Gómez, Adrián Matassa y Maximiliano Tasca, las víctimas del demente accionar del suboficial retirado Juan de Dios Velaztiqui en un drugstore de Floresta. Por otro, las opiniones de especialistas (preferentemente sociólogos, periodistas y organismos de derechos humanos) sirven para agregarle al trabajo un análisis histórico-social sobre el gatillo fácil como práctica de “asesinatos que son enmascarados por una estructura que se usa tanto para combatir el delito como para cometerlo”. Página/12 dialogó con quien había debutado en la pantalla grande con el documental Afroargentinos, para que cuente las motivaciones que lo llevaron a hacer foco en la violencia estatal. “Fusilados en Floresta no es un documental sobre un caso policial, es un documental absolutamente político. No se habla del revólver, del trayecto de las balas, del calibre. Eso es lo que menos importa. Acá los que hablan son los testimonios y a partir de su continuidad se trata de entender de dónde viene el problema del gatillo fácil. El documental trata de determinar los orígenes de la enfermedad, pero no da la cura ni tampoco pretende hacerlo. ¿Quién puede cambiar los vicios, delitos y malas costumbres de una institución plagada de intereses políticos y económicos?”
nota completa:
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/5-4716-2006-12-07.html
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