sábado, 2 de enero de 2010
EN VENEZUELA EL 2009 FUE UN RÍO. / Carola Chávez
http://www.nacionalypopular.com/index.php?option=com_content&task=view&id=13833&Itemid=113
Como estoy metida de cabeza en El País de la Canela de William Ospina, traté de hacer un recuento del año que hoy termina y no pude sino imaginarlo como un río por el cual hemos venido navegando.
El comienzo de la travesía fue el más horrible: en lugar de coloridos pañuelitos diciendo adiós, llovía el fósforo blanco Israelí sobre los niños de Gaza, futuros terroristas, me explicó una preocupadísima opositora que se descubrió sionista una vez que Chávez levantó la voz a favor del siempre agredido pueblo palestino.
Así, con la tristeza de estar empezando un año que no traía nada nuevo, nos lanzamos río arriba buscando, entre otras cosas urgentes, la posibilidad de reelegir al capitán del barco.
Remamos como locos e izamos las velas con el viento a favor, porque conocimos una derrota y esta vez no podíamos perder.
Y no perdimos, ganamos la posibilidad de prolongar el viaje lo que nos hizo querer remar más fuerte, a pesar de algunos remeros raros que movían sus brazos hacia atrás como quien no quiere la cosa.
A pesar también de algunos con vocación de náufragos que no soportan ver cómo avanzamos por ese río revuelto y cómo vamos venciendo sus trampas.
¡No, es no!
¡Deténganse que nosotros no merecemos avanzar, que no se les ocurra aspirar a nada más que a la esclavitud, alto o les mostramos las nalgas blancas!
Golpe de timón y dejamos una barrerita de nalgas blancas expuestas no sólo al sol sino a la vergüenza.
Pero si de vergüenza se trata hubo varias que tuvimos que sortear con mucha pena ajena: Huelgas de hambre sin hambre, un alcalde mayor en gira de jefe de estado, supongo que de estado de putrefacción.
Pero la mayor vergüenza de todas ha sido el silencio cómplice, en el mejor de los casos, si no el apoyo abierto por parte de nuestros ¿compatriotas? opositores a las agresiones del gobierno colombiano a nuestro país, y la feliz esperanza que supone para ellos tener al vecino tomado por los siempre valientes soldados gringos y la posibilidad, siempre
presente, de una visita relámpago, o no tanto, de tan amables invasores.
Sequía, cortes de luz, funcionarios ineficientes, módulos de barrio adentro cerrados, médicos que juegan a la bolsa con el hígado de sus pacientes, médicos desertores que prefieren curar en dólares y cubrirse del desprestigio que supone cambiar la medicina por la carnicería.
¡Reimpluso carajo!
Y el barco remonta la corriente con el capitán siempre al timón.
El tiempo nublado llevó a algunos a pensar que se había perdido algo importante en el camino, que el capitán no lo había notado y que ya no dirigía él la marcha sino que estábamos a merced de la corriente.
¡Crisis bancaria a estribor! -Gritaron felices los eternos aspirantes a náufragos desde sus pocitos de lodo.
Pobrecitos, siempre equivocados, no contaban, como nunca lo han hecho, con que tenemos un capitán vergatario y que a este barco lo impulsa la voluntad de todo un pueblo de alcanzar su libertad.
Tragando barro vieron como sorteamos una crisis bancaria que no fue.
Atragantados de rabia vieron llegar la hallacas y el pernil para todos, hasta para ellos.
Sin darse cuenta navegaron a nuestro lado, pero por fuera, buscando el fracaso que nos hundiera a todos.
Dispuestos a morir en nombre de la esclavitud.
Se beneficiaron de nuestros logros mientras nos acusaban de entorpecer sus destinos.
Se forraban en dinero aquí, en pleno comunismo, mientras los grandes bancos del mundo civilizado que tanto añoran se desmoronaban y aun así nos maldecían.
Y maldiciendo pasaron un 2009 de lujo, maldiciendo empezarán el 2010.
¡Pobrecitos!
Con su pataleta crónica desperdician los mejores años de sus vidas, los años más felices de nuestra nación, empeñados en el torpe esfuerzo de mantenerse en el lado equivocado de la historia.
Venga 2010 que seguimos remando a paso bicentenario y muertos de la risa…
¡Uh ah!
CCH/
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Sin olvidar que la versión de la izquierda engendrada en los pueblos latinoamericanos, constituye pues la verdadera y única vía de futuro para una sociedad, un planeta que languidece bajos las botas del capitalismo descarnado.
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