Agencia Periodistica del Mercosur
La masiva movilización de despedida de Néstor Carlos Kirchner lejos de ser un homenaje a la muerte, fue una clara demostración de su vitalidad política.
El desfile popular que saludó los restos en el Salón de los Patriotas
Latinoamericanos y la inmensa procesión que cubrió las calles,
reconocieron y ratificaron las acciones de un dirigente que marcó una
etapa trascendente de la nueva Argentina.
La movilización
pública, de manera similar al 17 de octubre del año 1945, fue una
ratificación de los rasgos centrales del modelo de país. En 1945 los
argentinos revalidaron el modelo industrial iniciado en el año 1943 que
dejó atrás el proyecto liberal oligárquico. En la despedida del 28 de
octubre de 2010, el pueblo ratificó el proyecto productivo inaugurado en
2003, que echó por tierra al neoliberalismo financiero y ello se expresó en la participación de los trabadores de la
Confederación General del Trabajo (CGT) o de las cooperativas.
Aquel
17 de octubre, las masas dejaron atrás el proyecto de la oligarquía
reflejado en los dirigentes empresarios y en los partidos demoliberales.
La movilización de este 28 de octubre repudió a la oligarquía y lo
expresó claramente al denunciar a su figura emblemática: se pronunció un
fuerte repudió al vicepresidente opositor, Julio Cleto Cobos, que
es el símbolo de la traición política y de la resolución 125 –medida a
la cual asestó el tiro de gracia y que suponía regular las retenciones a
la agro exportación para derivar esos fondos a obras y servicios
públicos-.
El pueblo en el año 1945rechazó al imperialismo norteamericano encarnado en la figura del embajador Braden. Los participantes del homenaje
a Kirchner reivindicaron las críticas de Néstor al FMI y su defensa a
los programas populares latinoamericanos asediados por la
CIA, como fueron los casos de Bolivia y Ecuador.
El 17 de octubre los trabajadores defendieron las leyes sociales, la baja de alquileres y el conjunto de las acciones de la Secretaria de Trabajo y Previsión. La última caravana humana que despidió al ex mandatario, se conformó de miles de trabajadores
sindicalizados, de organizaciones sociales o de jubilados que
reconocieron la importancia de la medidas como las 800 mil viviendas
construidas por el Plan Federal, los 3,5 millones de subsidios de la
asignación universal, la entrega de más de 2 millones de jubilaciones o las importantes reducciones alcanzadas en los índices de la pobreza, el desempleo y la indigencia.
Como
en el año 1945, una parte importante de la sociedad ratificó el camino
iniciado y está dispuesto a profundizar el modelo. Entre ellos, se
encuentra un fragmento considerable de la juventud que reconoció en Néstor la posibilidad de
volver a creer en la política, manifestando su admiración por las
acciones antiimperialistas ejecutadas contra el ALCA o por aquellas
ligadas al freno que se puso a los golpes de Estado en el continente.
La juventud, e importantes sectores de clase media, se identifican en la sanción de la Ley
de Servicios Audiovisuales, en la política de Derechos Humanos, en la
inversión histórica en ciencia y técnica, en la democratización de la
televisación del deporte nacional o en la valiosa propuesta cultural del
Sistema de Medios Públicos en canales como ENCUENTRO o en programas como 678.
El
respaldo popular dado a Cristina permitió romper el bloqueo y la feroz
campaña mediática contra el gobierno ejecutada por los monopolios. A
partir de aquí, quedó demostrado que Néstor no era “tan malo” como
estableció Clarín y que Cristina tenía mejor opinión pública que aquella
supuesta condición de ser una
“soberbia que compra carteras”.
La manifestación consiguió
mejorar la performance electoral de cara al 2011 y pone a Cristina como
candidata indiscutible del espacio del oficialismo. El homenaje
permitió -al menos por ahora- disciplinar a algunos sectores díscolos
del kirchnerismo que venían ejecutando acciones divisorias para ocupar
candidaturas. En dicho cuadro, el gobierno dispone del apoyo explicito de la CGT
que liga directamente su viabilidad histórica al modelo económico y
político abierto en 2003. Si el proyecto triunfa crecerá la industria y a
partir de allí, aumentarían los afiliados y el poder de los sindicatos.
Caso distinto es la clase política y el Partido Justicialista, cuya
dirigencia, en muchos casos y no en todos, apuesta a su juego propio a
sabiendas de que no depende en el corto plazo del modelo.
El
desafío que tiene que franquear el oficialismo va a ser el de garantizar
la unidad
política de un frente de gobierno que contiene a empresarios, a
trabajadores, a sindicalistas, a gobernadores, a intendentes y a
sectores medios. Dicha tarea implica promover nuevas figuras capaces
de articular la heterogeneidad y de conducir el Partido y la política
de alianzas para las internas simultaneas y obligatorias del año
entrante. El triunfo electoral del 2011 y el correcto y necesario
trasvasamiento generacional del proyecto, van a depender de la
solidificación de la herramienta política.
Frente al espacio oficialista la oposición mediática va a jugar una guerra a todo o nada por la no aplicación de la Ley de Servicios Audiovisuales. Los grupos concentrados del campo se encuentran divididos,
con buenos precios internacionales y con economía en crecimiento,
cuestión que no permitiría repetir lo ocurrido en 2009. En este último
año consiguieron convencer a la opinión pública de que fue la
resolución 125 y no la crisis mundial o la sequía, las causantes de la
recesión y de la caída de la actividad económica.
El capital
financiero va a oponerse a la reforma de la legislación que impulsa el
gobierno nacional por intermedio de Carlos Heller. Lo mismo va a ocurrir con el trascendente proyecto de distribuir ganancias de las grandes empresas –motorizado por la CGT-,
que va a tener en los grupos concentrados un fuerte rechazo. La
posibilidad de reformar la Carta Orgánica del Banco Central como viene
proponiendo el oficialismo, va a correr igual suerte. En este cuadro, no deben descartarse que se repitan acciones desestabilizadoras al estilo del asesinado del militante Mariano Ferreira, del fomento de inflación o de la aplicación de operaciones psicológicas constantes desde los medios.
* El autor es sociólogo y director de posgrado de la Universidad Nacional de Lanús, columnista especial de
APM.
Consulta las investigaciones de mi blog
http://sociologia-tercermundo.blogspot.com/
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